El diputado madrileño Héctor Tejero participó del tercer conversatorio “Crisis y políticas laborales”, organizado por la Fundación Germán Abdala, y explicó los logros y obstáculos del programa piloto de reducción de la jornada laboral en España. “¿Por qué es importante? En primer lugar, para la salud física y mental. Y hay ventajas para las propias empresas, la economía en su conjunto y el planeta”, dijo.
En el siguiente texto compartimos su exposición completa:
Soy diputado por “Más Madrid, Más País”. Somos un partido pequeño, tenemos dos diputados y más o menos nos referenciamos junto con Equo, que es una coalición de un partido verde similar a los partidos verdes europeos. La primera vez que propusimos la reducción de jornada laboral fue en las elecciones que nos presentamos, en noviembre de 2019, ahí ya propusimos como medida llevar a cabo la reducción de la jornada laboral a cuatro días, en forma progresiva de 5-10. Es curioso porque lo presentamos inicialmente en el marco de la parte verde del programa.
La primera cosa que aprendimos es que llama mucho más la atención y funciona mucho mejor comunicativamente hablar de trabajar cuatro días que de trabajar 32 horas y que esto es relevante por dos motivos. Primero, digamos que nosotros en ningún momento dijimos que nuestra propuesta era inflexible, sino que hemos dicho que algunos sectores, algunos trabajadores, tendrán que trabajar cuatro días, otros 32 horas, como ocurre en otras ramas, pero nos dimos cuenta que hablar de cuatro días llamaba muchísimo la atención tanto en medios como a la gente.
Por una cuestión de realidad creemos que la gente no tiene inmediatamente el número de horas que trabaja a la semana, no es algo intuitivo, sin embargo, al hablar de cuatro días todo el mundo entiende que es trabajar un día menos y es como un fin de semana. Generalmente la gente piensa que es un fin de semana de tres días y entonces es mucho más intuitivo y genera mucho más interés.
Política y comunicativamente funciona mucho mejor hablar de cuatro días. Nosotros lo propusimos en nuestro programa, hizo un poco de ruido y luego lo que pasó fue que, al pasar al confinamiento, se puso muy de manifiesto todo el problema del teletrabajo, de trabajar menos o de trabajar mucho más pero en casa, de los trabajos esenciales, entonces surgió otra vez el tema del tiempo libre, de estar con los tuyos y del tiempo de trabajo en general. De diferentes maneras, el tema había entrado un poco en la agenda política.
Surgió de unas compañeras la campaña “4 Suma” que piden que se reduzca la jornada laboral sin pérdida del salario a cuatro días y entonces lo que hicimos fue reconvertir esta propuesta de la reducción de jornada a nivel general a ser un proyecto piloto, en una prueba en unas 200 o 400 empresas y eso pruebe qué ocurre cuando reducen la jornada laboral de sus trabajadores. Esto tiene dos objetivos, uno es poder negociar con el gobierno este proyecto, porque nosotros no tenemos la fuerza para pedir ni para obligar al gobierno de España que reduzca la jornada laboral, pero sí podemos conseguir que quede un pequeño proyecto piloto, pero políticamente tiene otra ventaja y es que es muy difícil oponerse a una prueba. La curiosidad es que de una cosa menos ambiciosa hemos conseguido llegar más lejos.
Esto hizo mucho ruido en los medios a finales del año pasado, en 2020, hizo mucho ruido en medios la propuesta del proyecto piloto, entró en agenda política, se debatió mucho, pero finalmente el gobierno la rechazó. Lo que ocurre es que el gobierno de España no tiene mayoría del Parlamento, entonces tiene que negociar muchas leyes y muchas propuestas de ley que lleva, y en una de ellas pues necesitaban nuestro apoyo y conseguimos que se aprobase.
¿Por qué es importante reducir la jornada laboral? En primer lugar, para la salud física y mental, temas de conciliación, hay ventajas que pueden ocurrir para las propias empresas, para la economía en su conjunto y para el planeta. Como estamos en un espacio sindical quería resaltar que uno de los dos grandes sindicatos españoles, la UGT, apoya la reducción de la jornada laboral y lo tiene como de sus banderas a medio plazo para defender y como una política de futuro.
Lo que se espera en los próximos años es que habrá una gran revolución de la productividad, ya está ocurriendo por la automatización en la digitalización, y digamos que esas ganancias de productividad, para que no se beneficien sólo los empresarios, se tienen que repartir de forma equitativa con los trabajadores y ahí tienen un papel fundamental los sindicatos.
De las dos formas que se puede repartir la productividad es con mayores salarios y con reducción de jornada laboral. Por supuesto, muchos trabajadores necesitan tener mayores salarios, también nosotros creemos que una parte importante es que parte de esa productividad revierta en un mayor tiempo disponible para los trabajadores, por todas las ventajas adicionales que voy a comentar a continuación.
Como decía la compañera Romina(Piccirillo), una de las cosas que más claras es la gran mejora que se produce en la salud mental y física de los trabajadores. De esto hay mucha evidencia, por ejemplo en el caso de los accidentes laborales está muy comprobado que los accidentes laborales ocurren siempre al final de la jornada de trabajo. Corea, por ejemplo, es el segundo país que más horas trabajan y es el segundo o tercer país con mayor número de accidentes laborales. Hay una relación muy clara entre trabajar más y tener más accidentes laborales. Un caso muy concreto es una experiencia que se hizo en Goteborg, en Suecia, en 2015, donde el ayuntamiento decidió probar reducir la jornada laboral en una residencia de ancianos y comparar con otra. Lo hizo durante 23 meses y lo que ocurrió es que, en aquellas donde redujeron, aumenta muchísimo los niveles de salud y disminuye el estrés, a los pocos meses empezaban a dormir una hora más al día, en promedio estaban mucho mejor, conseguían hábitos mucho más saludables y un estilo de vida más activo. Y además, las personas a cargo de estas cuidadoras, también manifestaban estar con mayor actividad, había un aumento de la calidad asistencial.
Hay dos estudios a gran escala, por ejemplo cuando se redujo la jornada laboral en Francia se observó que los trabajadores tenía menos estrés, que dejaban de fumar y empiezan a hacer ejercicio, más ejercicio, y también como decía en unas experiencias recientes en Corea del Sur de reducción de la jornada laboral también se observan los mismos fenómenos, como reducción del estrés, reducción de accidentes laborales, reducción del ausentismo.
Otra es la ventaja que puede tener para las empresas, sobre todo para las que empiecen a hacerlo primero. Aquí ven un recorte de periódico de hace cinco o tres días sobre las primeras empresas que lo han puesto en España. Es una empresa de software, y lo que se observa es que ha aumentado la facturación. Ellos han reducido la jornada laboral de 40 horas semanales a 36 horas en 4 días, es decir, trabajan 9 horas al día y todos están muy contentos y de hecho lo han brindado por convenio, y lo que observan es una reducción muy alta al principio del ausentismo laboral, justificado y no justificado. Lo que ocurre en esta empresa es que libra los viernes y lo que hace la gente pues es, cuando tiene que hacer un trámite o un papel o tiene que ir al médico a una revisión, se lo pone en su día libre y entonces se reduce el ausentismo y se reducen las pausas de trabajo, por lo que mejora los resultados de las empresas que lo aplican, porque tienes trabajadores más contentos que están mejor de salud o tiene menos estrés, están más descansados y están más motivados con la empresa. Se produce una mayor identificación, mejora la productividad de los trabajadores, además se produce una menor rotación de personal, eso es importante para la productividad y algo que es muy importante es la captación de talento: las empresas que mejoran las condiciones laborales de trabajadores en concreto acaban fichando a mejores programadores, mejores ingenieros, incluso mejores camareros, etcétera.
Algo que se ha visto ahora también son las ventajas ecológicas. Salió el sábado, en Daily Star, un informe que se ha hecho en Inglaterra en el que han estudiado cómo reduciría las emisiones de gases de efecto invernadero una reducción de la jornada laboral a cuatro días, y lo que observan es una reducción de casi un 20% de las emisiones hacia 2025. Eso es el equivalente a quitar todos los coches de Inglaterra, sólo reduciendo la jornada laboral. Esto quizás no es tan evidente como quizá la salud mental, pero ocurre básicamente por tres motivos: en primer lugar hay menos desplazamientos al trabajo, y generalmente lo que se observa es que cuando la gente trabaja un día menos lo que hace es quedarse en casa y disfrutar de su familia, ir a comprar cerca y hacer ejercicio. No se va de viaje muy lejos.
Hay un menor consumo energético por parte de las empresas. Si abren menos horas o menos días las oficinas consumen menos electricidad o menos calefacción y el último es que está bastante comprobado que cuanto más tiempo libre tenemos, tenemos patrones de comportamiento más saludables y también más sostenibles. Es decir, la gente que trabaja mucho tiempo acaba recurriendo a comprar en un gran centro comercial y tiene que ir en el coche o tiene que ir al trabajo en transporte privado, o acaba recurriendo a productos precocinados, y la gente que tiene más tiempo libre cocina ella misma, o va a comprar al supermercado de barrio o va al trabajo en transporte público, en bicicleta, y al final todos los actores hacen que se tenga un efecto significativo en la reducción del impacto ambiental.
Se ha hecho alguna simulación de la economía española y cuál es el efecto que tendría a nivel macroeconómico reducir la jornada laboral, es decir, qué pasaría con la economía en su conjunto. Este trabajo es de Cárdenas y Villanueva, son unos economistas españoles que utilizan un modelo postkeynesiano en el que se reduce la jornada para estudiar qué efecto tiene la reducción de jornada laboral de 40 a 35 horas sin pérdida de salario y plantean un doble efecto: un efecto directo de creación de empleo, las empresas tienen que contratar trabajadores adicionales, este es como el gran enigma de la reducción de jornada laboral, cuántos trabajadores habría que contratar; y luego el efecto vía salarios, pues al reducir la jornada laboral sin reducir el salario el efecto neto es aumentar el salario por hora de los trabajadores y, por otro lado, esta contratación de trabajadores adicionales aumenta el número de asalariados en la economía, y en las economías como la española, que son economías que funcionan esencialmente por demanda de consumo, lo que ocurre es que en un plazo de dos años generaría unos 500 mil empleos, lo que supondría un aumento neto del empleo de un 6%, por tanto en el caso de la economía española aumentaría el PIB.
El objetivo del proyecto piloto sería tener un entorno más controlado en un mismo país, con la misma cultura, con las condiciones laborales, en una muestra representativa de sectores de la economía nacional, obtener una evidencia de todas estas ventajas que estamos diciendo. Obviamente aquí el gran problema es el problema sobre todo de la productividad, los salarios y el coste: quién paga la reducción de jornada laboral. Porque más o menos el resto de las ventajas ambientales, de salud y de conciliación son casi evidentes, y hay un patrón repetido. Con esto lo que queremos es empujar para que se vea que es viable y se puede hacer, y también aprender de los errores o de los problemas que se encuentran las empresas que lo pongan en marcha.
Lo que proponemos es un ensayo aleatorizado, que básicamente es el mejor método de obtener evidencias científicas, como un ensayo clínico cuando tienes una vacuna. Esto es un poco igual, hacer lo mismo pero con políticas públicas. ¿En qué consiste? Básicamente tomas una población que puede ser individuos o empresas y a uno le das un tratamiento, en nuestro caso sería la reducción de jornada laboral, y a otras no le das nada, y luego comparas. Es como medir el efecto que tiene esta política pública en un subgrupo, en un conjunto pequeño de empresas, para entender qué problemas tienen, qué ventajas tienen y a partir de ahí diseñar la política a gran escala. Es algo que se ha propuesto para otro tipo de políticas públicas y nos parecía interesante hacerla así.
Proponemos que la gobernanza del diseño del proyecto se haga a través de un consorcio donde estén los sindicatos, las empresas, los economistas; y se haga un diseño del estudio y al final comparar los resultados. Proponemos también que las empresas que entren sean de tamaño intermedio, que no sean muy pequeñas ni muy grandes; que no sean muy pequeñas porque en las más pequeñas puede haber problemas a la hora de implementarlas y el tema de las más grandes es por una cuestión solamente de presupuesto.
¿Qué piensan las empresas? Pues hay un par de ejemplos de encuestas en Inglaterra, donde se entrevista a mil directores de empresas y lo que se ve ya es que en Inglaterra un 5% de las empresas están trabajando cuatro días, eso es muchísimas empresas. Hay un 17% que lo ha considerado pero no se ha decidido, un 18% que lo ha considerado y ha decidido que no puede hacerlo y un 29% por ciento que podría considerarlo en un futuro. Esto es un resultado bastante, bastante bueno. En otro estudio, en 2019, realizaron como 500 entrevistas a empresarios y lo que veían es que el 64% de los de los empresarios veían que la reducción de jornada ha aumentado la productividad de los trabajadores de la empresa.
Hacemos mucho hincapié en estas cosas porque, generalmente cuando presentamos el proyecto, lo que se nos suele decir es que es imposible porque es inviable, entonces hacemos mucho hincapié en que no es ninguna locura.
En España se hizo un estudio hace un mes, también preguntando a las empresas. Yo creo que la intención era mostrar que no se dan las condiciones para hacerlo en España, en un 74% no están dispuestas a hacer la reducción de jornada laboral sin pérdida de salario, pero hay un 12% que sí y un 12% de empresas son 400.000 empresas en España que estarían dispuestas a hacerlo, con lo cual hay un número alto de empresas que con incentivos, con ayudas, con un asesoramiento, podría lanzarse a reducir la jornada laboral.
El tipo de ayuda que estamos planteando ahora mismo es dar a las empresas una ayuda monetaria de uso libre condicionada a la reducción de jornada laboral. El principal problema es que cuando preguntas a los empresarios que te dicen que no es el tema de que tienen que dar servicio al público cinco días a la semana, eso implica contratar más gente para hacer los turnos. Una empresa en concreto tuvo que contratar a unas 20 personas, es decir que generó un empleo de entre 12 y 15% en su plantilla o empleo adicional y tuvo que invertir 400.000 euros en información, contratación y nuevos equipos, con lo cual con este ejemplo hemos calculado para esta empresa qué tipo de ayuda necesitaría, que está en torno a unos 2.000 o 3.000 euros por trabajador y es un poco lo que le hemos propuesto al Ministerio: hacer un proyecto de dos años, es decir, probar durante dos años en estas empresas la reducción de jornada laboral, y lo que les damos es una ayuda a la innovación de procesos organizativa condicionales a reducir la jornada laboral. Esa ayuda de innovación puede ser para hacer un cambio estructural de la empresa, puede ser para comprar nueva maquinaria o puede ser para reducir los costes salariales y luego pedimos que se haga un diseño evaluable.
Para que se den una idea: lo que proponemos es darles a las empresas 3.000 euros al año por trabajador en las empresas pequeñas y hasta 2.000 en las más grandes. El sueldo más frecuente aquí en España es de 17.000 euros brutos antes de impuestos, con lo cual estamos hablando de darle a la empresa el 20% del sueldo más frecuente a un 15% del coste salarial por trabajador anual, que no tiene por qué dedicarse a los salarios de los trabajadores. Nosotros no creemos que el Estado deba pagar la reducción de jornada laboral de los trabajadores a nivel masivo, esto no es viable, lo que queremos hacer es simular qué pasa con una empresa que decide invertir su propio dinero en mejorar su empresa y reducir la jornada laboral. Eso es lo que están haciendo algunas empresas, pero nosotros lo que hacemos con este proyecto es decirle: si tú quieres reducir la jornada laboral, nosotros te ayudamos, te lo financiamos y a cambio comprobamos las ventajas y comprobamos los problemas que tienen. Esa es un poco la idea.
Alguna gente, cuando explicamos el proyecto, piensa que nuestra idea es luego pagar a todas las empresas para que reduzcan la jornada laboral y no es eso, esto es una prueba, es un proyecto. Luego lo que diseñaremos a partir de esto son las políticas públicas para incentivar a las empresas a que lo hagan, pero tendrán que pagar con su propio dinero.
Una de las consecuencias que ha tenido meter en la agenda política el tema de la reducción de jornada laboral es que están llegando ya casos de empresas. más o menos grandes en las que los sindicatos en la negociación del convenio están introduciendo en las condiciones de las nuevas negociaciones la reducción de jornada laboral. Es una cosa que a veces pasaba pero no era una cosa tan general, entonces lo que estamos viendo es que, por entrar en la agenda, pues muchas empresas se están animando, entonces en cuanto una o dos empresas grandes metan la reducción a cuatro días o 35-34 horas o 36 horas, creemos que el tema va a tomar velocidad.
El 1 de mayo hicimos una encuesta sobre cómo ve la gente en España la reducción de jornada laboral y básicamente hay un apoyo enorme del 70%. Es un apoyo transversal entre todos los partidos políticos, en todas las edades y es consistente con otras encuestas que han hecho tanto en España como en otros países, sobre todo el segmento entre 25 y 35 años. La mayoría de la gente cree que es viable, piensa que es viable, esto es un resultado bastante bueno. Fue llamativo porque lo que suele ocurrir es que la gente piensa que es muy bueno pero que no es posible y aquí hay muchísima gente que lo ve posible. Entre las desventajas, la gente tiene miedo de que eso suponga mayor sobrecarga de trabajo al trabajar menos horas, que afecte a las pequeñas empresas y que aumenten las horas extras, que esto es uno de los problemas que hubo en Francia fundamentalmente, que fue el aumento de horas extras.
Cuando preguntamos si la gente prefería trabajar cuatro días o trabajar cinco días a la semana pero menos horas al día, está básicamente empatado, o sea la mitad de la gente quiere trabajar cuatro días a la semana y la otra mitad quiere trabajar menos horas al día. Aquí sí que es importante porque hay un sesgo de género claro, es decir, los hombres prefieren trabajar un día menos y las mujeres prefieren trabajar menos horas al día. Esto es lo que comentaba de uno de los debates que ha surgido a raíz de esto, si la reducción de semana laboral a cuatro días es peor o mejor para la conciliación, sobre todo desde la perspectiva del cuidado de los niños menores. Creo que no está claro, que ahí hay un debate importante, es una cosa que podría estudiarlo porque hay una idea de que trabajar menos días es mejor para la conciliación pero no está del todo claro. De hecho, lo que veíamos es que las mujeres con hijos menores de 18 años, con hijos a cargo, está empatada la preferencia por cuatro días o menos horas, lo que hace que las mujeres prefieran trabajar menos días son las mujeres mayores y las mujeres con hijos mayor de 18 años. Es decir, no es un problema de conciliación de tener hijos a cargo, sino que creemos que puede haber un efecto de que las mujeres en general cobran menos entonces puede que eso esté afectando.
Si a la gente le das más tiempo libre lo que va a hacer es descansar y estar con los suyos y para nosotros eso es importante en la batalla cultural a largo plazo, que la vida buena venga no de consumir mucho, que es algo insostenible para el planeta, sino de tener un tipo de riqueza más relacional, de estar más tiempo con los tuyos, dedicarte al cuidado de ti, a estudiar, a vivir bien, etcétera.
La reforma laboral en España es una de las reformas pendientes y bueno, entre comillas, durante la crisis anterior, la crisis del euro y la crisis financiera, se produjeron en España dos reformas laborales. Una es del Partido Socialista en 2010 y otra el Partido Popular en 2011 o 2012, que básicamente fue un abaratamiento del coste del despido y sobre todo una pérdida de capacidad negociadora de los sindicatos, dando prioridad a los convenios de empresa sobre los convenios colectivos. Esto viene impuesto por las reformas autoritarias desde Europa, de Bruselas.
Lo que ha ocurrido digamos es que desde que llegó el gobierno ha venido la pandemia de Covid y se han aprobado en la Unión Europea el reparto de fondo de los fondos europeos, una serie de ayudas grandes que dan a todos los países de la Unión Europea y eso tiene una cierta condicionalidad, que se vean reformas estructurales,
En España hay una que es la reforma de las pensiones, porque se supone que se dice desde su punto de vista es insostenible y está la reforma laboral. En principio esa reforma laboral debería ir, para nosotros, en la línea de recuperar la negociación sindical, aumentar la capacidad de consumo que en España es lo que tira de la economía.
Es curioso porque en el mundo anglosajón, donde hay mucho interés en la jornada de cuatro días, se hacen bastantes cálculos y propuestas de que sea el sector público el que tire que se reduzca la jornada laboral a cuatro días en el sector público y eso sirva un poco de ejemplo y también de fuerza tractora para reducir la jornada laboral del resto de trabajadores. Nosotros decidimos políticamente no utilizarlo ahí por un tema esencialmente político, que el sector público puede hacerlo. Simplemente es contratar más gente, pero políticamente pensamos que si pedimos, en primer lugar, el sector público de funcionarios, no sé cómo es en Argentina pero en España desgraciadamente la derecha ha trabajado mucho para que tenga mala fama de que trabajan poco, de que están burocratizados, que son una especie de parásitos. Cuando es todo lo contrario, los estados y países sobreviven en buena parte gracias a sus trabajadores públicos, pero decidimos no crear un flanco débil donde dar esa batalla y si entramos proponiendo eso nos íbamos a encontrar con ese discurso, entonces lo que hicimos fue empezar el combate por el sector de empresas y por el sector privado.
El sector público en España tiene un reto que es la digitalización y facilitar los procesos. En muchos sitios públicos se sigue trabajando con papeles, ahí podría haber una posibilidad de reducir jornada laboral sin pérdida de salario.