“La reducción de la jornada laboral también va a dar respuestas al problema de quién ejerce las tareas de cuidado”

Ago 3, 2022

Por Daniela Comisso y Ximena Rodriguez

Dentro del ciclo “El futuro del trabajo en la argentina: una aproximación a través de los distintos sectores” conversamos con Claudia Ormachea, Diputada Nacional por el Frente de Todxs, Secretaria de Derechos Humanos, Género e Igualdad de la Asociación Bancaria y una militante incansable por los derechos de las trabajadoras y los trabajadores. Entre los proyectos de su autoría que ha presentado en el Congreso de la Nación se destaca el de Reducción de la Jornada Laboral a 36 horas semanales, sin reducción salarial. Conversamos acerca de los desafíos que se presentan en el mundo del trabajo desde la experiencia de los trabajadores y las trabajadoras bancarias, sobre la tecnología y su organización sindical, desde una visión integral que permita analizar el tema en su complejidad.

¿Por qué presentaste un proyecto para reducir la jornada laboral?
Nosotros veníamos mirando todo esto que venimos charlando, las condiciones, la salud de los trabajadores, pensando en qué iba a pasar en la post pandemia, esto del avance de la tecnología, de la automatización, de cuidar los puestos de trabajo. Partíamos de una premisa; las leyes no van a crear puestos de trabajo en cantidades, todos los que se necesitan. El proyecto de ley no fue presentado para eso, pero sí estamos convencidos de que la reducción de la jornada laboral nos puede permitir una redistribución del trabajo y esa redistribución del trabajo nos puede generar puestos de trabajo. Ahora esa mirada no podía ser una mirada general para todos por igual, ni todos en el mismo tiempo. Seguramente se va a dar paulatinamente, en algunos sectores más fácilmente, en otros no tanto. Porque la primera pregunta que me hacían es “pero ¿qué pasa?, las empresas grandes lo pueden hacer, no hay duda que lo pueden hacer. Pero por ahí se complica más para la pyme, para el negocio más chico”. Bueno, no es necesario que todo se enmarque al mismo tiempo y de la misma manera. Por eso nosotros decíamos que muchas veces se podía conjugar el proyecto de mi compañero Hugo Yasky y el proyecto que presentamos nosotros. Yasky habla de un día menos de trabajo y nosotros hablamos de jornada de seis horas. Entonces posiblemente, de acuerdo al tipo de economía y tipo de trabajo que se realiza, les sea más adaptable a una forma de reducción de la jornada o a otra. Bueno eso y todo lo que puede aparecer en el Congreso, porque sobre esta mirada, sobre este tema de la reducción, seguro habrá más de dos proyectos, participarán las grandes empresas, las pymes, el Ministerio de Trabajo. Hay políticas que tienen que ir acompañando, porque nosotros decimos que la reducción de la jornada laboral también va a dar respuestas al tema de cuidados, sin lugar a dudas. Pero tenemos que discutir mucho sobre cuidados todavía. Desde qué lugar miramos al cuidado, cuál es el rol del Estado con el tema de cuidados y de políticas. Y la otra cuestión que a nosotros nos preocupaba mucho, tiene que ver con la salud de los trabajadores, la vida de los trabajadores, lo que significa el tiempo libre y el ocio. La posibilidad de vivir una vida mucho más plena. No una mirada sólo mercantilista que todo tiene que pasar por producir sino una mirada más humanizada. Esa fue la línea de trabajo, sin descuidar que este proyecto de ley si bien pide la reducción y estipula la reducción de la jornada laboral sin reducción salarial y decimos por qué eso, tampoco es que nosotros pensamos en ir en contra de las empresas, de la pymes. No es la idea. Argentina en legislación laboral está mucho más avanzada que muchísimos otros países, incluso países mucho más desarrollados. Entonces no entiendo por qué nos podemos negar a debatir una cosa que puede ser beneficiosa no sólo para los trabajadores sino para las empresas. Porque lo que se demostró en otros lugares es que registran menos siniestros, menor ausentismo, mayor productividad, por las condiciones y la predisposición de los trabajadores. Y además, por qué no reducir los salarios de los trabajadores, porque el salario de los trabajadores ya perdió más del 25%. Entonces, lo único que podemos hacer es compensarlos.Que ni siquiera alcanzas, pero antes que nada para un trabajador es mucho. Le das un valor hora diferente. Entonces alguna vez les tiene que tocar poner. Esto es lo que pasa. La gente tiene que poder proyectar, tiene que poder soñar, tiene que tener tiempo libre para sus relaciones familiares, sociales. Vos pensá que hoy tenemos gente, nosotros en el banco, lo tenemos re pautado, 7 horas 30, de lunes a viernes, pero vos tenes gente que trabaja 8 horas, 12 horas, 16 horas, tenes empleados bancarios haciendo horas extras.

Siempre es más barato pagar horas extras que contratar una persona nueva.
Yo lo he discutido con sindicalistas. Yo tengo mi experiencia, hacía horas extras y un día me dí cuenta que no sabía lo que era el sábado y el domingo. Porque como hacía horas extras los sábados, el domingo era una ameba. Entonces un día, yo tenía a mis hijas ya, decidí que no haría una hora extra más. Me llevó más de un año acomodar mi economía. Cobraba un sueldo y el 15 cobraba como si yo dijera medio sueldo más. Me llevó un año. Pero bueno, lo logré y fue una de las medidas más maravillosas que tomé como trabajadora.

Se mide en calidad de vida.
Justamente. Y habrá mucha gente que ni siquiera tiene la posibilidad de medirla. Pero no tiene que ser un tema planteado por los que representamos a los trabajadores. Porque en todo caso lo que tenemos que discutir es salario, condiciones de trabajo. Nosotros en el proyecto no es que sacamos todas las horas extra, las limitamos por día, por mes y por año. Entonces no sacas la posibilidad. Pero sí, sin lugar a dudas, nosotros tenemos que pensar en estos avances porque el mundo del trabajo va a cambiar mucho más de lo que ha cambiado hasta ahora. Las relaciones se van a establecer de manera muy diferente y los seres humanos tenemos derecho a vivir una vida mucho más digna.

Es una oportunidad para que discutamos ésto.
Ojalá. Yo quiero ese debate. Una de las cosas que planteo hacia adelante es ese debate. Qué nos dejó, en qué condiciones nos dejó, cómo nos dejó paradas a las mujeres, cómo dejó parada a la diversidad porque las desigualdades se acrecentaron y la violencia también. Bueno, entonces, cuáles van a ser los pasos a seguir, ya hablando de otro tema como es el tema de mujeres. Porque ésto nos afectó, en algunos sectores más y en algunos sectores, menos. Nos atravesó a todos. Es uno de los temas que instaló en la Secretaría que dirijo como punto de discusión política hacia todas las seccionales, porque si no nos atrevemos a debatirlo, si nosotros no analizamos en qué condiciones quedamos, vamos a tener a la larga, efectos muy nocivos. Y en el caso de las mujeres, y esto corre por cuenta mía, yo tengo como una cuestión: hemos avanzado muchísimo. Las mujeres, la verdad, salimos a la calle con el “Ni una menos”, tenemos mayor participación en las organizaciones sindicales, bien. Yo tengo el resquemor de sentir que estamos como en una meseta; digamos que todo eso lo conocemos, el discurso y el relato, no nuestro, sino de la sociedad toda, de los varones, sobre la participación de las mujeres, las conductas que no se permiten pero eso no significa el salto cualitativo que nosotras tenemos que dar. Y lo digo porque miro los ministerios de Alberto Fernández, aún cuando es mi partido, miro la discusión que se plantea en la CGT, que nos dicen que nosotras no queremos o no estamos preparadas o no tenemos deseos de estar en lugares de conducción. ¿Quién les dijo ese verso y esa pavada? Sí que estamos preparadas.

Es lo que se viene repitiendo hace 50 años.
Totalmente, y en otros lugares, donde también se ha avanzado mucho. Yo trabajo con las compañeras de la Corriente Federal y ustedes saben el gran trabajo que vienen haciendo las compañeras en las distintas organizaciones, las compañeras de los movimientos sociales. Pero cuando se toman decisiones en la mesa chica solo hay hombres, en su mayoría. A mí me tiene preocupada cuál es la construcción que vamos a hacer nosotras. Porque a cada seccional que voy, a cada charla que voy, les digo, “muchachos qué más quieren que hagamos nosotras”, a los bancarios, yo se los digo, salimos a la calle, marchamos, Ni una menos, defendemos cuando una mujer es agredida, nos capacitamos, nos formamos, vamos a la par de ustedes en las marchas, porque cuando salimos en contra del macrismo salimos a la par de los varones, nosotras. Y ustedes, qué es lo que van a poner en esta transformación de una sociedad más justa, igualitaria, más inclusiva. Qué es lo que van a poner ustedes. Porque yo todavía tengo dudas de lo que van a poner. No estoy generalizando. Hay gente con otra escucha.

Qué sacrifican para darle lugar a una mujer, porque nadie se quiere bajar.
En esta organización, por ejemplo, en las listas hay paridad en todos los estamentos. Entonces, sí hemos avanzado. Mucho. Cómo se ofendió Facundo Moyano porque yo le twitteé lo de la mesa, la famosa mesa esa, y yo realmente no puse nada ni ofensivo ni… Es una realidad. Pero no es solamente ahí. El periodismo mismo. Fijense el 25 de noviembre, fijense el 8 de marzo a ver cuántas son las mujeres que van a hablar o hablan los varones de nosotras. Realmente pienso que nosotras nos tenemos que sentar y debatir desde distintos lugares, las sindicalistas, las docentes, los distintos sectores, que es necesario que busquemos ese salto, porque si no esos vivos que decían que íbamos a tardar cien años en transformar la sociedad, van a tener razón. Una transformación real. Por ejemplo, el Banco Nación fue el primero, dentro del sistema financiero, en incluir en el convenio a las personas trans, travestis. Al día de hoy, un año y pico lleva el convenio, entraron 19, poquito más de 19 personas. El otro día charlando con Sergio, le dije: ahora saliendo de ésto, tenemos que llevarlo a todo el sistema financiero, porque realmente la única forma de cambiarles la calidad de vida, cambiarles las condiciones, darles vida, porque ni siquiera tienen vida porque la pierden re jóvenes, darles vida significa que ésto se lleve a todo el sistema financiero. Lo logramos hacer con violencia doméstica. Empezamos con un banco, dos, tres, cuatro, cinco, cuando teníamos el 70 % de los bancos, logramos que sea para todos los bancos por igual. Entonces no es que no se puedan hacer transformaciones, lo que pasa es cuánto tiempo nos vamos a tomar para esas transformaciones. Yo creo que ahora nosotras tenemos que hacer otra embestida. A mí me parece que tenemos que trabajar mucho en posicionar mujeres pero sostenerlas. Nosotros a veces no sostenemos a las mujeres. Por ejemplo, las mujeres que deberían ir a CGT, vos me decís ¿hay que ocupar esos lugares? sí, tienen que ocuparlo; ¿hay mujeres preparadas? sí, hay muchísimas compañeras jóvenes preparadas para ocupar esa Secretaría, pero las mujeres deberíamos estar trabajando para elegir nuestras referentas. No tengo ningún nombre en particular para dar, pero las referentas mejor posicionadas y sostenerlas en el trabajo. Porque van a un lugar sumamente hostil. Entonces no va a ser fácil para esas compañeras que les toque ir. Si nosotros logramos construir eso que tanto hablamos a veces entre nosotras; digamos, construir no porque no esté, sino porque es necesario que nosotros sostengamos a las compañeras; no que vayan a un mundo de hombres y terminan desdibujadas muchas veces.

¿Hubo experiencias de automatización en la actividad bancaria?
Sí, por supuesto. Nuestra organización, nuestro lugar de trabajo o el sistema financiero en general es uno de los sectores que más sufre el impacto del avance de la tecnología, sobre todo a partir de la pandemia. Hay cuestiones que nosotros veníamos previendo y debatiendo porque ya lo estábamos viviendo en el banco, que se aceleraron con el home office o lo que nosotros llamamos la modalidad de teletrabajo. Más allá de ser un tema de preocupación, hoy es un tema que está puesto en la mesa de debate, fue tema en nuestro congreso nacional, donde el sindicato tiene una posición muy clara con la necesidad de cuidar los puestos de trabajo pero de acompañar a trabajadores y trabajadoras con una capacitación especial para que podamos reconvertir los puestos de trabajo y no perderlos. Aún así nosotros tenemos el embate por otro lado, sobre todo de algunos bancos privados que piden al Central el cierre de sucursales porque consideran que ahora en vez de una sucursal se necesitan teléfonos. Nosotros creemos que no. Es cierto que hay un montón de trámites que los haces directamente desde tu casa pero hay otras cuestiones, otros trabajos que se hacen dentro de las instituciones bancarias que todavía se van a requerir. Uno de los puestos más complicados para nosotros es el puesto de los cajeros, por ejemplo. Si antes teníamos 15 cajeros al frente ahora tenemos 8. Se está trabajando dentro de las instituciones bancarias para ir acomodando lo que es el trabajo de los cajeros con el trabajo que se hace por detrás o en lugares más administrativos, de préstamos o de atención al cliente. Porque en realidad la gran discusión es que ese avance de la tecnología de la que tanto hablamos, la que seguramente ni siquiera es la que tenemos hoy, va a seguir avanzando; ¿al servicio de quién está? ¿Tiene que estar al servicio de la renta, al servicio de la producción, al servicio de los empresarios? ¿O en realidad tiene que tener también algo significativo en beneficio de la sociedad misma? Y en este caso estamos hablando también de los trabajadores y las trabajadoras. Porque quienes dan lugar a los avances de la ciencia y de los inventos y la tecnología somos las personas. Entonces tiene que volver ese beneficio también a la sociedad, a la forma de vida, a la calidad de vida que podemos tener todos y todas, y que pueden tener los trabajadores y trabajadoras, por ejemplo, con la reducción de la jornada laboral. Me parece que no se va a dar en la misma medida ni el impacto en todos los sectores de la economía será de la misma manera, sin dudas. Los análisis y la búsqueda de respuestas y de soluciones tampoco puede ser una general para todo el mundo por igual. Tiene que debatirse. Todos estos cambios se tienen que poder hacer en forma paulatina. Lo que sí tenemos que entender es la necesidad de conservar los puestos de trabajo porque es el organizador social, porque es el que nos dignifica. Y eso es central para nosotros, en este congreso tenemos una Comisión de Tecnología, creada justamente en miras a lo que nosotros veíamos que venía, que no podes negarlo y que además tenías que aprovechar. No estamos en contra de la tecnología, lo que sería un gran error. La cuestión es volver la tecnología en beneficio de las sociedades. Esa es la búsqueda. Desde la Comisión se trabajó muy bien y las distintas seccionales del país empezaron a trabajar una política que emana de nuestro Secretario General. Es necesario trabajar la capacitación con trabajadores y trabajadoras y pensar cómo reconvertir esos puestos de trabajo, y otro aspecto a considerar es la exigencia del Central a todos esos lugares, donde se prestan servicios bancarios pero los trabajadores y trabajadoras no cobran como un bancario y por supuesto no cumplen con las pautas que tienen que cumplir todos los bancos. Esa es una cuestión que tendrá que revisar el Central, hacer las cuestiones y las normas necesarias para que funcionen como los obligan a funcionar a cualquier otra institución del sistema financiero. Porque sino la práctica es sumamente desleal y esa tecnología no está aprovechada en beneficio de la gente, de generar puestos de trabajo, de pagar salarios dignos, sino en beneficio solamente de una empresa que hace una diferencia más que importante

¿Y además de los cajeros qué otros puestos se afectaron?
En nuestro caso, todo lo que era el servicio de mayordomía de los bancos que era propio, pasó a tercerizarse. Después el tema de traslados, algunos bancos los conservamos como por ejemplo el Banco Provincia, que mantiene el traslado de caudales, o el Nación. Otros bancos también lo tercerizan. También el seguimiento de las moras. “Crédito” era un lugar o un sector de mucho trabajo, mucho papelerío, mucho seguimiento y ahora vos podes entrar en tu home banking y sacar un préstamo personal solo desde tu casa. Todavía no tuvo el impacto que puede tener, hay algunos empresarios que te dicen: en vez de una sucursal, un teléfono.

¿Estas políticas siempre están coordinadas desde el Banco Central o puede algún banco hacer algo y otro banco no?
No, en ese sentido hay bancos que en tecnología están mucho más avanzados que otros. Además una cosa es la banca pública y otra cosa es la banca privada. Hay diferencias entre la razón de ser de la banca pública y la mirada como empresa y rentabilidad que tienen los bancos privados. Hay negocios que ya no hacían los privados, como por ejemplo pagar sueldos a los jubilados, por ahí no les interesaba tampoco cobrar impuestos, a ellos les interesaba otra parte del negocio del sistema financiero. Y la banca pública atiende mucho más ese tipo de situaciones. Es la razón de ser y así debe ser y así debe seguir.

Estas medidas o propuestas de reconversión, ¿partieron sólo del sindicato o también de algunas de las empresas o bancos?
Yo diría que es un tema que se viene instalando sobre todo a partir de la conducción de Sergio Palazzo, porque él entiende la paritaria y la negociación colectiva como un lugar donde no nos sentamos solamente para proponer qué porcentaje salarial vamos a sacar en beneficio de los trabajadores, sino que hay un salario diferido que entra a partir de la ampliación de derechos. Entonces ya se vienen debatiendo estas cosas como el avance de la tecnología en sí y el incremento real del home office o la modalidad de teletrabajo que trajo la pandemia. Y es el eje de discusión ahora. Por ejemplo, nosotros discutimos mucho con los bancos y se pudo conseguir el reconocimiento de las seis horas en los call centers. El cobro del salario y el cuidado de la salud de las trabajadoras y los trabajadores de un call center era por ejemplo uno de los temas vinculados a la tecnología que sobre todo los bancos privados más escondían. Entonces me parece que es el tema que se va a debatir y va a ser ahora en la salida de la pandemia donde vamos a empezar no sólo a tener que estar atentos, que ya estamos, sino a buscar respuestas. Porque es demasiado rápido el cambio. Los cambios tecnológicos no llevan el mismo ritmo que vos podes procurar en relación a cómo establecer las relaciones laborales y el cuidado de los puestos de trabajo; ¿qué hacen los bancos privados? Por ejemplo, empiezan a trasladar los negocios de una sucursal a otra hasta que la vacían y cuando la vacían van al Central y dicen ´para qué van a tener esa sucursal si está vacía´. Y piden la autorización para cerrar. Entonces son muchas las normas de control que el Central tiene que revisar y aplicar para que estas cosas no sucedan y no se vuelva una práctica desleal, en contra de los trabajadores. Porque ahí sí, por lo menos nosotros, en el sistema financiero estaríamos en desventaja.

Planteaste que el sindicato fue acompañando la reconversión de la mano de la capacitación, pudieron hacer una lectura de que esto era lo que se venía. ¿Cómo lo implementan?
Creamos con el Ministerio de la Mujer de la provincia de Buenos Aires, con el CONICET, con la Universidad de La Plata y con la CIC, la primera escuela sindical de género. Esta escuela está trabajando en formación de trabajadores y trabajadoras en todas estas condiciones, en la mirada económica, las nuevas modalidades en el mundo del trabajo, además de género, que acompañen y que impulsen esa flexibilidad que van a tener que tener los trabajadores y las trabajadoras para ir adaptándose a nuevas formas de trabajo. Yo tengo en este momento casi treinta nueve años de banco, ahora estoy en la actividad gremial, pero si tuviera que volver al banco ya no tiene nada que ver con la forma en que se trabajaba en ese momento y no es que dejé hace treinta y nueve porque yo salí de licencia después, cuando tenía veinte y pico años trabajados. Asimismo, el cambio es tremendo. La política del sindicato es generar nuevas formas de capacitación.

¿Crees que esta tecnología puede dar lugar a nuevos puestos de trabajo?
Creo que sí. Posiblemente haya puestos que desaparezcan, seguramente, pero nosotros lo que tenemos que hacer es generar nuevos puestos de trabajo en razón de las tecnologías, en razón de la formación de sistemas que es lo más requerido y pedido. Pero también tiene que ver en cómo uno maneja el negocio, los productos, los beneficios para los clientes pero además el manejo de esos beneficios por parte de la gente que se acerca al banco.
Por ejemplo, nosotros somos un país en el que el nivel y porcentaje de bancarización es muy bajo. La “cuenta DNI” de repente hizo furor, un gran instrumento. Pero esta cuenta DNI, ese manejo abre y habilita a muchísimas personas que creían que el banco no era para ellos, a volverse sujetos de créditos. De eso se trata el concepto de inclusión financiera, de poder demostrar que el sistema financiero no puede estar solamente al servicio de los que más tienen. También se puede llevar productos y acercar a la gente para que esa gente sea sujeto dentro de un sistema financiero adaptado a distintas clientelas o a distintas personas o situaciones de las personas. Y ese planteo me parece que permite pensar en la reconversión y generar desde otras líneas nuevos puestos de trabajo.

¿Estuvieron siguiendo lo que le está pasando a los bancos en otros países, por ejemplo?
Muchos de los bancos que están acá tienen su casa afuera. España hace mucho tiempo que no tiene personas atendiéndolos. Eso que nosotros conocíamos, el que ha viajado lo ha vivido y que nosotros lo conocíamos porque tiene que ver con nuestro trabajo, eso es lo que se nos adelantó. Eso es lo que se esperaba, que esa tecnología y cambios empezaran, primero vinieron los cajeros automáticos, después los que hacían todas las operaciones. Esa tecnología iba cambiando y lo que hacían diez personas lo hacía el cajero automático solamente sin que tuviera que intervenir nada más que el que lo carga, eso ya lo estábamos previendo y debatiendo. Pero la pandemia en nuestro sector adelantó todo. No quiere decir que haya disminuido. Sergio Palazzo muchas veces ha dado estadísticas, si un trabajador manejaba un número de cuenta, hoy maneja tres veces más. Pero eso no quiere decir que nosotros no tengamos que rever cómo va a ser el trabajo. La banca privada ha mantenido mucho más su gente en home office porque se ahorra muchísimo dinero.

Esa es una nueva realidad en muchas empresas. Se ahorra el alquiler del edificio, la luz.
Es una nueva realidad, esto de compartir el edificio, los espacios. Vas con tu computadora, haces el trabajo durante 5 o 6 horas y después te retiras. Es un gran tema porque también nos puso a nosotros que representamos a las y los trabajadores en un diálogo con ellos con respecto a estas nuevas tecnologías. Estas nuevas modalidades la gente más joven las toma y las adopta, incluso las ve como beneficiosa, “trabajo desde mi casa, con mis tiempos”. Por los menos esto de la jornada mixta, voy algunas veces, no toda la semana. Una de las grandes discusiones que tenemos con las empresas por el teletrabajo es que ellos no quieren la modalidad mixta. De otra manera es tener a los trabajadores atomizados, perder el sentido de pertenencia a un lugar, a un espacio, a un grupo de gente. Te digo más, cuando debatimos la ley de teletrabajo trabajamos mucho con los compañeros telefónicos y nos decían claramente: “los trabajadores que hacen teletrabajo tienen una diferencia abismal con los que realizan la tarea presencial; nunca logramos que ningún trabajador pase de teletrabajo a presencial y nunca logramos que la carrera que hacen los trabajadores en forma presencial sea la misma carrera que hacen los trabajadores con modalidad de teletrabajo”. Pero, aun así, muchas veces, la sociedad toda tiene que vivir y tener la experiencia para saber de lo que nosotros estamos hablando. Yo estoy hablando con mucha gente joven en los bancos hoy y te dicen “agarro una computadora” y se instalan en Villa Gesell 4/ 5 días con su familia y desde ese lugar pueden realizar el trabajo. Eso es bárbaro si nosotros logramos un equilibrio que es lo que estamos debatiendo. Una parte presencial y una parte home office. ¿Por qué? Porque respetas ese deseo de los trabajadores de esa nueva experiencia, pero no pierden el sentido de pertenencia, la identidad como trabajador, el criterio de solidaridad que debe existir. Sino, desde tu casa solo, llega un momento que a vos te preocupa nada más que los horarios que vos tenes alrededor tuyo, horarios del colegio, horarios de los chicos, el lugar para poder trabajar un poco más cómoda, pero lleva a que la discusión se dé entre el trabajador y el jefe o la empresa. Todo lo que se debate grupalmente, lo que sale entre los delegados, como por ejemplo el derecho a la desconexión; cómo el trabajador no va a recibir una notificación de su jefe a las diez de la noche. Si vos estas ya fuera del horario de trabajo ya te llega una notificación, que a primera hora de la mañana del otro día tenés que averiguar tal cosa, ya te cambia la situación. Pero además si esa situación se da porque tu jefe te llama y te dice: mira, fijate que te mandé una notificación, ¿qué le vas a decir, que no? ¿El trabajador individualmente le va a decir que no, con el temor de perder las condiciones de trabajo, o la posibilidad de avanzar dentro de la empresa o de perder el puesto de trabajo? Yo te digo que nosotros estamos discutiendo todos los temas, no hemos podido avanzar en ningún tema de teletrabajo sin que se discuta a muerte.

Recién decías que los jóvenes se identifican más con el teletrabajo ¿Y los mayores?
En el banco hay un gran cambio generacional, grandísimo. No tengo las estadísticas de los bancos ahora, pero te podría decir que la mayoría es gente joven. El manejo de la tecnología para ellos es simple. Si vos me decís, para mi, para gente de mi generación el manejo de la tecnología, el irte con tu computadora y trabajar como si estuvieras rodeado, no es lo mismo. Entonces por ahí no marca una preferencia. Es un tema que hay que debatirlo, hay que charlarlo mucho con los trabajadores, hay que entender que es un proceso para mirarlo también a largo o mediano plazo. Si lo mirás en el corto plazo en el momento en que nosotros hemos vivido, el mundo ha vivido una situación de estrés tremendo con respecto a la pandemia, es difícil medir cómo van a seguir nuestras condiciones de trabajo. Tenemos que permitirnos caminar, ir desandando ésto, ver en qué situación quedamos, porque así como vos tenés ese grupo de trabajadores, tenés grupos de trabajadoras, sobre todo mujeres, que dicen: “yo quiero volver a trabajar porque estaba con gente, charlaba otras cosas, me formaba”.

Respecto de la entrega de los elementos de trabajo y el reconocimiento de gastos ¿también hay mucha resistencia?
Sí, en todo hay resistencia. En reconocer lo mixto, la entrega de todos los elementos, porque no es entregar una computadora. Yo creo que muchos vamos a terminar teniendo problemas de columna porque trabajamos durante un año y medio de una manera que no es la manera adecuada para trabajar 8, 9 horas delante de una computadora. Pero bueno a la empresa lo que le interesa es la rentabilidad, la producción de cada uno de los trabajadores y trabajadoras, las metas que les fijan que son cada vez más grandes y punto. A mí me parece que es necesario tomarse este tiempo que significa volver y que no es en todos los lugares, vuelvo a decir, de la misma manera. No podés utilizar la misma mirada para todos los sectores de la economía.

¿El Estado es consciente de ésto, tiene esa mirada, está viendo lo que pasa con el avance de la automatización?
El Ministerio trabajó con nosotros el tema de teletrabajo. Yo no te puedo decir que coincidí en todas las decisiones, yo tengo una mirada desde mi lugar de representante de los trabajadores y por haber presentado uno de los proyectos de ley, que no coincidió en todo con la reglamentación que hizo el Ministerio. Pero el Ministerio participó de los debates, escuchó a los distintos sectores y buscó de alguna manera, eran más de 20 proyectos, que tratáramos de consensuar y buscar el proyecto que más nos abarca y representa a todos y todas.

Con relación a la tecnología que se viene, para no llegar a los bancos sin personas, por poner tu ejemplo, ¿sentís que hay un seguimiento por parte del Estado o va interviniendo sobre la marcha y los conflictos?
A mí me parece que hay cuestiones que se van dando, que aparecen sobre la marcha. Porque nuestra situación, si bien nosotros preveíamos el avance de la tecnología, fue muy marcado el adelanto en muy poco tiempo de lo que significó en la pandemia no sólo para los bancos o trabajadores bancarios; desde gente que nunca en su vida se le hubiera ocurrido tener un home banking, lo tuvo que sacar y lo tuvo que aprender a manejar. Y estoy hablando de gente muy joven y gente muy grande. Eso fue un ejercicio que le impuso la pandemia. Era eso o la nada misma. No sé si todas las respuestas fueron las más adecuadas, pero en lo que a nosotros respecta, tomó parte de una mirada. Cuando trabajamos los proyectos de ley fue más pensado para la post pandemia, nos empezamos a preparar para poder normalizar una modalidad de trabajo que creíamos que había llegado para quedarse, que hoy todavía no te podría decir en qué porcentaje. Los que pagan sueldos, los que pagan jubilaciones, ponele el Banco Piano, por ahí esos bancos van a volver. Banco Provincia, Banco Nación, Banco Ciudad, banca pública abarcan otros aspectos que la banca privada no lo hace. Y dentro de la banca privada tenés bancos como el Santander, que es uno de los que más enfila en ese sentido, que ha solicitado el cierre de más sucursales y además le ha ofrecido a la gente el retiro voluntario para ir acomodando esos puestos de trabajo que no quieren seguir pagando. Pero hoy todavía no se muestra como una cosa homogénea sino como una cosa que seguramente hay que atender. Por ejemplo, otra forma de responder; nuestra organización ha solicitado al Central que fiscalice, inspeccione todo lo que son las fintech, las corresponsalías.

El gran pulpo de Mercado Pago.
En eso empieza a haber respuestas también, sobre otros temas que también afectan a los trabajadores y trabajadoras. Porque el sistema financiero no perdió nunca, no perdió en la pandemia ni perdió en la crisis del 2001. Los únicos que pierden en este caso son los trabajadoras y trabajadores. Creo que hay cosas que van a seguir apareciendo. Nosotros presentamos el proyecto de ley, después se llevó al Ministerio y terminó entrando por el Poder Ejecutivo, de los Comités mixtos de salud con representación gremial en todas las sucursales, tripartito. Eso se está implementado, por ejemplo, en el sistema financiero en Santa Fé. La Provincia de Buenos Aires tiene la ley pero no está reglamentada. Va a llevar tiempo, pero la política encaminada va en esa línea de cuidado o mirada. Yo creo que todavía no tenemos una medición clara, por lo menos en algunos lugares como el nuestro, que si bien se trabajó, nunca se dejó de trabajar en los bancos pero se trabajó con muchísima menos gente, se trabajó con turnos, con burbujas. Bueno, todo eso ahora desapareció. Ahora volvés a ver la realidad que tenés y en qué condiciones la tenés. Incluso las condiciones de salud de los trabajadores es todo un tema que también habrá que ponerlo en la mesa. También vamos a tener que debatir cómo salimos de la pandemia y en qué condiciones, porque si salimos tratando de esconder todo lo que vivimos debajo de la alfombra sin instalarlo nos va a traer un costo alto, a la larga; porque se está viendo en los chicos, se está viendo en los adolescentes, y se está viendo en los trabajadores que no quieren volver, hay trabajadores que no quieren volver. La realidad es que nosotros tenemos que tratar de volver a una normalidad y volver a entender el laburo como algo que te dignifica, como algo que te da independencia, no como un peso.También esos equilibrios hubo que mantener durante la pandemia, los que no podían ir por diferentes razones y lo que tenían que ir y hacerse cargo. Eso trajo mucho conflicto también adentro. Y hay que desandar eso, porque hoy tampoco está desandado.

Y qué nueva normalidad se va construyendo.
Exactamente. Cómo se van a restablecer las nuevas relaciones laborales. Todo esto que se debatió, lo que decimos de teletrabajo, hablamos de cuidados, de la reducción de la jornada laboral, todo eso va a implicar un debate.

Y con el avance de la tecnología, de la post pandemia, de los cambios en las relaciones laborales, ¿vos crees que hay que discutir una actualización de la Ley de Contrato de Trabajo, del sistema previsional? ¿ves alguna falla? con esto que hay un porcentaje de trabajadores que siguen sin registrarse, que siguen fuera del sistema, que las jubilaciones se estancan. El tema de la informalidad para mí es un tema prioritario como política de Estado, porque es muy alto el nivel de informalidad. Nosotros que nos juntamos muchas veces con distintos sectores no dicen “ustedes hablan de indemnización y nosotros no tenemos vacaciones, no tenemos obra social”. Y estoy convencida de eso, de lo que planteamos, nosotros estamos ante dos modelos de país, un país para pocos o un país para todos. Ese país para todos tiene que trabajar el tema de la informalidad, tiene que trabajar el tema previsional. De hecho creo que aún en pandemia, este gobierno lo ha hecho. Ha intentado medidas que han implicado la posibilidad de jubilarse a personas que no podían acceder a una jubilación. Me parece que saliendo de esta pandemia, reactivando la economía, tienen que llevarse adelante políticas claras en este aspecto.

Y el modelo sindical ¿crees que necesita reformas?
Y sí, porque es un poco de lo que estamos hablando. El sistema sigue siendo verticalista y sigue siendo machista, patriarcal. Pero ojo, también creo que se ha modificado mucho, que la participación de las mujeres en las organizaciones sindicales es muy importante, y que si bien lo que te digo de la mesa chica todavía lo estamos discutiendo y yo lo digo en cada reunión acá, la realidad es que esa participación es una participación efectiva. Y las mujeres en el movimiento sindical han demostrado tener una capacidad por encima de los hombres, que tiene que ver con un trabajo más democrático, más homogéneo entre mujeres pero además un trabajo de las distintas centrales juntas. Mientras los varones se peleaban entre la CGT, la CTA, la Corriente Combativa Federal, que pertenezco acá, que pertenezco allá, nosotras marchamos detrás de la bandera todas juntas.

Se trata de la manera de vincularse.
Es distinta la manera de vincularse. Nosotras tenemos como otros objetivos de máxima, quizás porque nosotras tenemos que luchar contra todo eso que tenemos que luchar todas las mujeres, la verdad es que es una pelotudez pelearnos entre nosotras. Hay mujeres que están masculinizadas con respecto a formas de establecer las relaciones, existen los celos… pero bueno no digo eso, pero las mujeres tenemos unas formas y entendemos que nuestros objetivos son más grandes que la pelea entre centrales y hemos logrado congeniar y llevar la bandera de las mujeres sindicalistas adelante, inclusive incorporando a las compañeras de movimientos como al CTEP.

Entre los desafíos de formas alternativas de vinculación de relaciones laborales, ¿cómo es esta articulación con los movimientos sociales o este protagonismo de disputa en la calle, en la representación en un futuro?
Yo creo que va a ser un gran tema. Hace un tiempo escuchaba a Grabois, marcó muy bien que este gobierno se ha equivocado, ha cometido muchísimos errores, y eso hay que aceptarlo y hay que debatirlo. Es un frente y no todos pensamos lo mismo. Pero este gobierno trabaja para la gente mientras que la otra propuesta, no. Y pidió el voto. A mí me parece que va a haber tensiones porque es el movimiento organizado y los movimientos sociales disputando un espacio de poder que en la Argentina ese espacio de lucha estaba puesto en el movimiento obrero organizado. Pero lo que me parece interesante, es que esa tensión va a generar transformaciones profundas respecto a la representación o la cúpula de la representación de los trabajadores organizados que es la CGT. Y que mi Secretario General plantea incluso y acompaña los puestos de la Corriente Federal con la participación de las mujeres, porque la CGT es con nosotras adentro o no es. Ahora, el enemigo es claramente el poder económico, ni siquiera Macri, el poder económico. Pero esa tensión va a existir, porque ellos pasan a representar una cuestión de mucho peso. Si somos lo suficientemente inteligentes, si pensamos realmente que este país no podemos seguir tirándolo para abajo sino que tenemos la obligación de empujarlo para arriba, puede ser que provoque un cambio interesante en cuanto a los equilibrios dentro de una sociedad. Nosotros venimos trabajando con las compañeras de la CTEP, no va a ser fácil, pero la verdad hay cosas en la CGT que tienen que cambiar, sí o sí. Será ahora, no lo sé. Pero tienen que cambiar.