Coyuntura económica, octubre de 2022

Oct 27, 2022

Un nuevo dólar

El tema económico de las últimas semanas fue, sin dudas, la introducción de un nuevo recargo del 25% sobre el dólar turista (que además incluyó aumentos para los bienes de lujo y los servicios contratados del exterior vinculados a actividades recreativas). Dejando de lado el hecho evidente de que su objetivo inmediato es morigerar el drenaje de divisas que se viene observando en la balanza turística (promedió unos USD 800 millones en los últimos tres meses), ¿qué otras conclusiones podemos sacar de este anuncio? Para profundizar, podés descargar el informe de coyuntura económica completo acá.

Lo más relevante es que, tomado en conjunto con el resto de las medidas implementadas por Massa y lo que se desprende de sus últimas declaraciones, parece bastante claro que la hoja de ruta del gobierno es respetar el acuerdo con el FMI y evitar un salto brusco del tipo de cambio. La lectura sería que no parece haber buenos argumentos económicos ni políticos que avalen una medida de este estilo. El problema principal no es que el tipo de cambio oficial sea bajo, sino que el paralelo está muy alto. Bajo esta óptica, los desafíos no solo vienen del sector externo, sino también del excedente de pesos y su (re)financiamiento.

En función de eso, el rumbo económico implicaría, por un lado, mantener la senda de reducción del déficit fiscal, que para fin de año debería ubicarse en -2,5% del PBI, y también la reducción del financiamiento a través de la emisión de dinero por parte del BCRA (recordemos que uno de los primeros anuncios de Massa fue prometer que en lo que restaba del año no se iba a recurrir a este mecanismo de financiamiento, y hasta ahora lo viene cumpliendo); y, por otro, que las tasas de interés y el tipo de cambio se muevan en línea con la inflación, con el objetivo de contener las expectativas de devaluación.

Ahora bien, ¿cuál es el gran problema que tiene este programa económico? Que no tiene una pata antiinflacionaria. Es más, en realidad, tanto el aumento del tipo de cambio en línea con la inflación (hasta hace unos meses venía aumentando a una menor velocidad) como la segmentación de tarifas (una de las medidas fundamentales para reducir el déficit fiscal), le meten una presión adicional a la inflación.
Si a eso le sumamos que las paritarias involucran cada vez más revisiones y que actualmente promedian incrementos anuales del 80-90%, tenemos un nuevo piso inflacionario.