Los discursos no tienen sentidos fijos ni preestablecidos. Están en permanente pugna. Esta época de refundación política del Estado acuña sus propios términos y conceptos. El concepto de solidaridad, un término que remite a otras luchas y momentos históricos, se convirtió en las últimas décadas en la base de los discursos ONGístas que replicaban los modelos liberales de acumulación. En este contexto de crisis posneoliberal y pandemia global, la solidaridad adquiere nuevos sentidos y reaparece como una propuesta superadora de la meritocracia individualista.
En este nueva edición convocamos a tres personalidades destacadas del mundo científico, el psicoanálisis y la cultura para empezar a pensar el presente y el futuro pospandémico a partir de este concepto.
La flamante presidenta del CONICET, Ana María Franchi, aplica el concepto de solidaridad al debate sobre las investigaciones científicas y nos convoca a un debate central: si la vacuna del COVID-19 funciona, ¿debería ser patentada? ¿Podemos -y debemos- exigir solidaridad a las corporaciones médicas internacionales?.
Marcelo Percia, psicoanalista y docente universitario, nos previene de los discursos que proponen una noción de solidaridad “como fábula de bondad comunitaria que supera la conflictividad de intereses sociales” y propone pensar en una ”solidaridad emancipadora”. “En una emergencia, no mitigar la desigualdad pudiendo hacerlo compone un acto de crueldad homicida -explica- Pero no se trata solo de moderar desigualdades e injusticias de la civilización. Se necesita practicar un común vivir, una común igualdad, una común justicia, una común equidad”.
El guionista, escritor y productor Pedro Saborido piensa en esta idea como un hecho permanente y plantea la idea de una máquina de solidaridad”. Lejos de tratarse de actos espontáneos y aislados, de comportamientos que nacen frente a una necesidad eventual, la solidaridad es un ejercicio constante y comunitario que solo funciona a partir de esos vínculos.
A la meritocracia individualista, de vuelo corto, Saborido le opone la idea un egoísmo bien entendido, un “egoísmo en comunidad”. “Ayudar para que el día de mañana te ayuden, sentirse protegido, cubierto”, dice. Ahí es donde aparecen los clubes, las mutuales y sindicatos. El debate está abierto: invitamos a todas, a todos, a todes, a participar.